Habían pasado casi dos meses desde que nos conocimos en el Chat y jamás pensé liberarme de mis inhibiciones y llegar al máximo de la vulgaridad con SexyPirncess, como se hacia llamar.
Me impresionaba su soltura y su predisposición a descubrir cosas nuevas en cosas viejas, me encantaba su candidez forzada que disfrazaba una malicia morbosa que me dejaba confundido y desquiciado, obligándome a aparentar estar muy ocupado cuando en realidad me deshacía en el teclado chateando … eso hasta el pasado viernes cuando llego la pregunta inevitable …
…conozcámonos y encontrémonos en el algún lugar …
Inexplicablemente se desconectó y no supe de ella hasta el día martes, cuando apareció en la pantalla y sencillamente contestó que si y, que lo haríamos en una discreta confitería en la esquina de la Plaza de los Heroes. Le di mis señas para que me reconociera y mi nombre completo, con el disparate de decirle que tendría entre mis manos una rosa roja y otra blanca, simbolismo barato del que me arrepentí sobre todo cuando me encontré en la maldita confitería esperando ya más de una hora y con decimoquinto café cortado encima.
Al fin, se acercó y pude ver que era rubia como se había descrito de unos ojos dulzones y un tanto esquivos, se sentó frente mío y tomó las rosas sonriendo … mirándola le pregunté:
¿Cómo te llamas?
- Luciana -
Luciana, no me molesta el hecho de que te hayas retrasado tanto, o que hayas traído una amiguita … o prima o lo que sea, lo que no me cuadra es que tengas once años … ¡Pero que carajo estabas pensan …!!!