sábado, febrero 09, 2008

Eficiencia de clase mundial ...


Originalmente se procesaba el pedio y se registraba su ingreso a la Bodega.

Con la llegada de Schoening como nuevo supervisor, se agregó un control, así que él firmaba el ingreso y se remitía copia a la Unidad de Origen.

Con la certificación se previó una mejora sustancial, ya que, además de adherirse un formulario que valide la relación contable, se verificaría en sistema que el pedido goce de presupuesto.

Estas mejoras derivaron en la compra de un software que automatizó la relación y que generaba reportes de diverso tipo, claro está, el mantenimiento de éste tuvo que estar a cargo de un tercero a quien fiscalizaba directamente mi persona, reportando semanalmente de ello a Schoening.

Luego del éxito de su implementación la auditoria anual interna detectó que el pedido bien podía falsear los datos para acceder al sistema así que me hice cargo de llevar un registro adicional de los reportes presupuestarios para validar el ingreso inicial, todo a través de un desarrollo casero que era verificado, ya no por Schoening, sino directamente por el mismísimo Gerente Financiero.

Estas mejoras y otras más fueron presentadas al pleno del Directorio, el que felicitó a Urrutia y le otorgó, en cena de circunstancia, el premio “Boss” a la mejora integral de la empresa.

Un año después de ello, y de haber contratado a “Wise & Paternhouse”, la casa matriz hizo una mega auditoria a los procesos internos y detectó que el software adquirido tenía una licencia excesivamente cara y mal negociada ya que una eventual rescisión generaría una penalización equivalente a la mitad de quedarnos con ella, verificó que las funciones adicionales de Schoening y mi persona hacían que se descuide otras actividades críticas, mostró que las Unidades de Origen no llevaban un control como rezaba el procedimiento, debido a que éste tenía 250 páginas, además de que el Gerente Financiero no tenía cabal idea del motivo y razón de los pedidos y tampoco, como se pudo constatar, sabía que la Bodega obviaba su visto bueno.

En consecuencia el dictamen final fue que para generar una mayor eficiencia y eficacia en el proceso, debía procederse con la rescisión del contrato, asumir la pérdida y racionalizar la secuencia a: la recepción del pedio y su registro en la Bodega.